Allá por el siglo V a.C. la familia Murashu de Babilonia se convirtió en la más poderosa del mundo a través de una de las profesiones más antiguas, la de banquero. Consiguieron estructurar los excedentes de producción que tenían mes a mes, y prestarlos a proyectos bélicos, agrícolas y de ingeniería, convirtiéndose así en toda una potencia histórica.
Pero vayamos un poquito más atrás.
Hola, soy Pau Aguilar. Bienvenido a Delfos, una carta bimensual de Blockeniza donde finanzas y humanismo se encuentran a ambos lados del oráculo.
A pesar de que la banca moderna no surge hasta el siglo XX, encontramos los primeros rastros de organización financiera mucho antes. No en sociedades de cazadoras o recolectoras, donde la organización era descentralizada (no había una autoridad central que ejerciera control). Sino en culturas con excedentes agrícolas o ganaderos, organizadas en poblados y donde hicieron su aparición los burócratas, los impuestos y las actividades de tipo bancario.
En el siglo XXIV antes de Cristo, en la región de Sumeria (Oriente Medio), encontramos los primeros rastros de organización centralizada. Ocurrió entonces que los burócratas de la época cobraban impuestos abusivos, y los “cabezas negras” comenzaban a contraer deudas entre ellos. Dando origen a la figura del prestamista.
Al parecer esto debió ocasionar tensiones, pues el rey Urukagina de Lagash, derrotó al anterior gobernante e inició toda una serie de reformas como la exención de impuestos a huérfanos y viudas.
Otra medida de Urukagina dictaminó que la redistribución de ricos a pobres, que ya era algo extendido, fuera utilizando la plata. Al parecer, antes de esta medida, los ricos pagaban la redistribución a los pobres con especies en mal estado.
La primera referencia que tenemos a los intereses es en una tabla sumaria, donde encontramos el siguiente texto:
“Adakala ha recibido en préstamo de Urdulazaga 120 siclos de plata, al interés de 5 siclos por cada 60. Restituirá la suma en el mes de Sig. Ha jurado en el nombre del rey”
120 siclos de plata equivalía a unos 950 gramos
En aquella época los custodios eran los templos. Eran los encargados de guardar los excedentes de producción bajo sus techos. Al principio los únicos préstamos que hacían esos templos (de forma centralizada), eran al rey, para financiar guerras.
Sin embargo, como podréis imaginar, con el tiempo empezaron a comerciar con los excedentes, y a financiar proyectos de ingeniería (agrícola y ganadera principalmente) o expediciones, con la plata que recibían a cambio.
Es en ese momento cuando aparece lo que podríamos considerar como la “banca profesional” o las “dinastías banqueras”. O sea, familias que dedicaban su actividad durante varias generaciones no solo a prestar dinero con interés, sino a intermediar en negocios comerciales, custodiar riquezas de terceros e incluso especular y comerciar con los bienes de sus clientes sacando una rentabilidad.
Una de estas primeras familias con contabilidad y organización financiera interna fue la de los Murashu, que comienza antes de la caída de Babilonia, y que consiguen mantenerse y tras la conquista del persa Ciro el Grande.
Generó un capital que a día de hoy equivaldría a ser los propietarios de ciudades como París o Tokio.
En la civilización de Mesopotamia toda la financiación se hacía de forma centralizada. Es decir, eran las familias banqueras o los templos quienes decidían en qué se invertía el dinero que depositaban sus clientes.
En Blockeniza queremos hacer la inversión más humana. Creemos en descentralizar, poco a poco, esa canalización de inversión y que seas tú quien decidas en qué proyectos quieres invertir, recibiendo intereses semana a semana, o mes a mes. Y con la transparencia que ofrece la tecnología blockchain y los contratos inteligentes.
La custodia, en nuestro modelo, sigue siendo centralizada. Es decir, es una Sociedad de Valores de primer nivel quien guarda tus ahorros y las inversiones que tú haces (como los templos de la Antigua Mesopotamia).
🖇 Take-away nuggets
Resumen en 5 puntos para no dejarte nada en el tintero:
Encontramos los primeros rastros de organización financiera en culturas con excedentes de producción agrícola y ganadera.
La primera referencia que tenemos a los intereses es en una tabla sumaria, bajo el mandato de Urukagina de Lagash, el primer líder anticorrupción.
Inicialmente los préstamos que hacían los templos (custodios), eran al rey, para financiar guerras, pero pronto emprezarons a financiar proyectos de ingeniería.
En el siglo V a.C. la familia Murashu de Babilonia se convirtió en la más poderosa del mundo custodiando y prestando los excedentes de producción.
Tanto la custodia de los ahorros de la gente, como la canalización de la inversión se hacía centralizada.
💙 El oráculo de Delfos
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